Sombrero 139
junio 2017
Siempre puede haber un momento de inflexión en el desarrollo e implementación de un proyecto.
Las dudas, el que todo lo que pensabas y tenias previsto no sea como imaginabas, o que falle alguno de los microobjetivos previos, puede alterar el proyecto (aunque sea en el cronograma) y al mismo tiempo afectar nuestro estado de ánimo.
Pues si, los emprendedores también tienen (tenemos) bajones.
Es ese momento en el que el mejor remedio es realimentar el ánimo, y esto es un proceso en dos pasos.
Relájate, cambia de rutina durante un día. Vete. Escabullete. Desaparece. Sal a pasear. Tómate un refresco en una terraza. Juega a un videojuego... Evádete.
No pienses en nada. Está claro que esto último es lo mas dificil. Tienes una mente privilegiada, seguro que está rearmando todo el proceso. Haz un reset.
Respira, descansa, duerme 8 horas por la noche y espera la mañana.
Ahí va a estar el inicio de la solución. La mente relajada permite poner de nuevo tu actividad a tu ritmo habitual y ponerte de nuevo en marcha.
A mi (personalmente) me ocurre que por la mañana (algunas veces) me levanto con las ideas reorganizadas. En otras ocasiones tengo las ideas mas claras y sé dónde buscar ayuda. O incluso reponer el cronograma.
No somos infalibles, somos humanos... pero emprendedores.
Mas allá del ánimo y la actitud puntual, está nuestra forma de ser.
Respirar hondo y "darle caña". ¡Hemos vuelto!.
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