Sombrero 137
Abril 2017
El
término criterio tiene su origen en un vocablo griego que significa “juzgar”.
El criterio es el juicio o discernimiento de una persona.
Mas
allá de las definiciones, tener criterio propio, es fruto de todo lo que
conocemos, mezclado con lo que sabemos y lo que creemos.
Conocimiento es un conjunto de
información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje.
Saber es el conjunto de
conocimientos amplios y profundos que se adquieren mediante el estudio.
Creencia es el conjunto de ideas
o pensamientos que se asumen como verdaderos.
Con
estas tres definiciones, observamos que es la suma de cuestiones que abarcan
desde los conceptos mas racionales a mas emocionales.
El
criterio se adquiere a base del esfuerzo personal para comprender una situación
o una idea: Estudias lo que han hecho los demás, observas lo que opinan los
demás y lo contrastas con tu experiencia.
Lo
que creen y hacen la mayoría puede que no sea lo correcto. Es casi una cuestión
de poner en crisis lo que hacen los demás, desmenuzarlo, ordenarlo por piezas y
volverlo a construir.
Tener
criterio, es aquella convicción que se pone a prueba constantemente y
evoluciona con lo que descubres y adaptas a lo que das por bueno.
Influyen
tus convicciones, influye lo que aprendes e influye lo que ves a diario.
Una misma situación
puede entenderse de formas distintas de acuerdo al criterio.
En este mundo traidor, nada
es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira (Ramón de Campoamor).
Este poema manifiesta la evidencia que cualquier situación, puede entenderse de tantas formas como personas
Denominamos criterio
propio al conjunto de asunciones básicas, principios en constante revisión y
habilidades para poner en práctica esos principios y asunciones que favorecen
la emisión de juicios respetables y la toma de decisiones genuinas.
Fuentes
de inspiración: Jaime Balmes, misionposible.blogspot.es, vorpalina.es, definicion.de,
vivoycoleando.com
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