En estos
momentos, cuando hay empresas que han tenido que asumir que no venden lo que
vendían y que sus ingresos han descendido. Que las posibilidades de encontrar
(o mantener) clientes fiables, con capacidad financiera para aguantar los envites
de la crisis, se ha convertido en casi misión imposible. Cuando los gobiernos
han decidido subir impuestos o aumentar las obligaciones con la Hacienda
Pública de empresas y particulares. Cuando la falta de capitalización o de
crédito casi se ha convertido en un tema tabú. Justo ahora, es el momento de
poner en valor nuestro punto de partida.
Para ello,
deberemos averiguar cuál es el Capital
Intelectual de nuestro negocio.
No podemos
pensar tan solo en nuestro estado contable, ni nuestra capacidad de riesgo, ni
en el gasto que significa tenerlo en marcha. Nuestras cuentas y nuestros
resultados, están directamente relacionados con tener bien ponderado nuestro Capital Intelectual.
Por lo
tanto, debemos contemplar dos asuntos
primordiales.
En primer
lugar: dónde está nuestro “mercado”
hasta hoy y dónde debemos buscar nuevo mercado. Y cuantificarlo.
En segundo
lugar: cuál es nuestro capital
intelectual, y si con el que tenemos podremos asumir nuevos retos, o si
debemos mejorarlo o cambiarlo. Y cuantificarlo.
Y ahora
llegamos al punto de hablar de lo que es el Capital
Intelectual: Es la multiplicación resultante del capital estructural (instalaciones, conocimientos de la empresa,
maquinaria,…) del capital humano (la
gente que trabaja en la empresa y el knowhow individual y colectivo) y del capital relacional (la percepción que se
tiene de nuestra empresa, nuestra reputación profesional).
El Capital Intelectual es el resultado de
esta operación. Y no he dicho la suma, sino la multiplicación.
Los
ajustes de cualquiera de estos tres “capitales” lo lleva implícita la evolución
de las empresas y de los negocios.
Ya no se
puede hablar tan solo de reducciones de gastos o de empequeñecer el negocio
para no gastar, ya que probablemente ese sea el inicio del final de la empresa.
También se han de contemplar acciones mas valientes e imaginativas, que no
conlleven al desánimo colectivo de aquellos que trabajan en ella y por lo tanto
perviertan la comprensión de los cambios que se tengan que realizar.
La
fortaleza del capital intelectual de
una empresa, reside en tener el negocio al día. Desde las instalaciones hasta
la de tener un equipo motivado que defienda la empresa contra viento y marea. Y
para ello, se necesitan emprendedores con “cintura” y capacidad de liderazgo,
que ilusionen con proyectos viables, conseguibles y que garanticen el futuro de
la empresa.
2 comentarios:
Es la hora de echar un vistazo al Capital Intelectual.........
FRANCES: UN TEMA VITAL QUE NECESITA DIFUSIÓN Y MUCHA INFORMACIÓN y QUE TE COMPROMETE A SEGUIR AMPLIANDO!
Héctor Chávez Gándara
hectorchavezgandara@gmail.com
Cierto. Hace mucho tiempo que estoy comprometido con la idea de que una empresa, mas allá de su valor contable y financiero, está su valor como en rrhh, relaciones y lo al día que tenga su estructura. Seguiré en ello. Gracias Héctor.
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