martes, junio 26, 2007

"Del "Que se vayan todos" a la construcción sobre nuevos conceptos de liderazgo" (Aldo Melillo)

Consejo 19
julio 2007

Del articulo: “Del “que se vayan todos” a la construcción sobre nuevos conceptos de liderazgo”. Aldo Melillo, publicado en Opinión Sur.
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La única autoridad que desconoce el miedo es la que deriva del amor, la de la autoridad paterna, por ejemplo. Si pensamos en la relación primaria del niño con sus progenitores, fundada en el amor y el reconocimiento, y posteriormente en la confianza, primero del niño hacia sus padres y luego de éstos hacia aquel, es fácil seguir el curso de la coerción inicial ejercida sobre el niño, hasta que éste comprende los peligros domésticos a los que está expuesto: se constituye una relación de poder, pero con mayores cuotas de libertad para ambas partes, basadas en la confianza mutua.
Si el poder es reconocido en plena libertad, por respeto y amor sincero, no va a existir esa relación de miedo recíproco. Cuando hay amenazas, coacción o reproches, aparece el miedo: los hombres temen el poder que los somete y el poder teme que los hombres sometidos por la fuerza se rebelen contra el poder.
La confianza, en el más amplio sentido de la fe en las expectativas de uno, es un hecho básico de la vida social. Por supuesto que en muchas situaciones, el hombre puede en ciertos aspectos decidir si otorga confianza o no. Pero una completa ausencia de confianza le impediría incluso levantarse en la mañana. Sería víctima de un sentido vago de miedo y de temores paralizantes.
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Es importante partir de la necesidad de confianza en el otro que caracteriza la vida de los seres humanos, la cual introduce el poder como un factor universal para la existencia social, pero que claramente no aparece como despotismo o tiranía, como sostiene Freud en “Totem y tabú” sino como amor y reconocimiento.
Ahora bien, podemos definir al liderazgo como la influencia interpersonal ejercida en una situación, dirigida a través del proceso de comunicación humana a la consecución de uno o diversos objetivos específicos, y distinguir dos tipos de líderes:
- El líder autócrata, es el que asume toda la responsabilidad de la toma de decisiones, inicia las acciones, dirige, motiva y controla a los otros miembros del grupo. Puede considerar que solamente él es competente y capaz de tomar decisiones importantes, puede sentir que los otros son incapaces de guiarse a sí mismos o puede tener otras razones para asumir una sólida posición de fuerza y control. La respuesta pedida a los subalternos es obediencia y adhesión a sus decisiones. El autócrata observa los niveles de desempeño de sus subalternos con la esperanza de evitar desviaciones que puedan presentarse con respecto a sus directrices. Si esto ocurre no vacila en usar la fuerza de la coacción para conseguir sus objetivos.
-El líder participativo o democrático es el que adopta el estilo participativo y utiliza la consulta, para practicar el liderazgo. No delega su derecho, que depende de un consenso explicitado por los otros, a tomar decisiones finales y señalar direcciones específicas, pero consulta sus ideas y opiniones sobre las decisiones que les incumben a todos. Si desea ser un líder participativo eficaz, escucha y analiza seriamente las ideas de los demás y acepta sus contribuciones siempre que sea posible y práctico. El líder participativo cultiva la toma de decisiones con los componentes del grupo para que sus ideas sean cada vez más útiles y maduras.
El poder del líder es mayor si puede poner en la elección a realizar, con base en su poder, tipos de decisiones cada vez más diversas. Y además, su poder es mayor si puede hacer esto con un compañero que, por su parte, posee varias alternativas diferentes. El poder aumenta con la libertad en ambas partes y, por ejemplo, en una sociedad determinada, aumenta en proporción a las alternativas que produce.
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¡Póngase el Séptimo Sombrero!

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