Sombrero 145
Diciembre de 2017
Un obstáculo por definición, es la situación o hecho que impide el desarrollo de una acción.
Aquellos que nos consideramos emprendedores, entendemos los obstáculos como alertas para encontrar soluciones para llegar a nuestros objetivos.
A la vista de estas alertas, siempre buscamos el por qué de ese obstáculo y cómo sortearlo con seguridad.
Los obstáculos puedes afrontarlos de tres maneras: dejar que puedan contigo, que te destruyan o que te hagan mas fuerte.
Debemos ser cautos ante los obstáculos, ya que los hay de ajenos, de propios y de reales.
Vamos a definirlos.
Y hay dos clases de obstáculos ajenos: los impuestos (de imposición) y los negativos: aclaremos...
Los obstáculos ajenos por imposición son aquellos que nos confrontan con las leyes, que ya sabemos que son distintas según el tipo de régimen jurídico al que estemos sometidos, o dependiendo de aquel territorio donde queramos conseguir nuestro objetivo. Ejemplo: alguien que quiera divorciarse, va a depender estrictamente de si en el país donde va a hacerlo las leyes se lo permitan o no.
Los obstáculos ajenos negativos son aquellos que nos ponen personas que amparándose en su interpretación de la realidad, tienen tendencia a transmitirnos desánimo y convencernos de la imposibilidad de alcanzar nuestros objetivos. Son los que intentan o desanimarte o destruirte.
Has de saber discernir entre las opiniones gratuitas (aquellas que son simplemente tóxicas) o las que son fruto de la experiencia de otro. Ante estas debes estar preparado y no cometer los errores de quien opina.
Los obstáculos propios también pueden ser de dos clases, los del entorno y los internos.
Los obstáculos propios del entorno, son aquellos que te hacen pensar en las dificultades para llegar a tus objetivos convenciéndote que no te lo van a poner fácil y por tanto tu voz de la conciencia te dice que desistas.
Los obstáculos propios internos, son los que te ponen en duda a ti mismo. Son los que, al ser propios, te ponen a prueba con mas fuerza. Son los que te piden que te dediques a discernir si la realidad es la que crees. Son los que te ponen en duda a ti mismo y a tu proyecto.
Los obstáculos reales son la obviedad de un imposible, que a veces la ves a primera vista y a veces no te das cuenta hasta que te "mira a los ojos". Un ejemplo: construyas barcos en una montaña a 500 km del mar, río o lago mas cercano.
En cualquier caso, se ha de recuperar la serenidad que te aporta la credibilidad de tus proyectos u objetivos. Aquí es donde es necesario tu capacidad de análisis y de autocrítica.
La profunda reflexión sobre cada detalle, te ayudará a identificar de qué clase de obstáculo te trata y te capacitará para la toma de decisiones.
¡¡¡ Ponte el séptimo sombrero !!!
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