Buenoss díass -espetó arrastrando las esess en sus palabras-.
"Tenemos un gran día por delante y no debemos desperdiciarlo"
Y así fue. Lo de que empezó el día de un cierto modo y acabó como no se podía preveer. Ni mejor ni peor de lo esperado. Ni estupendo y fantástico, ni pésimo y decepcionante. Fue un día parecido a cualquier otro.
Fue un día de trabajo intenso de los que sin esperarlo se había acabado.
Pero evidentemente, su sonrisa, sus ánimos y su actitud con todos, ayudó a que lo afrontáramos con el punto de mira puesto en no-se-sabe-muy-bien-qué, pero que contenía ese clima que todos queremos en un día de trabajo.
¡que bien!
Crónica de un septimosombrerista.
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