jueves, febrero 20, 2014

Ir de "buen rollo", nos arregla el día.


A pesar de que las cosas están como están, no me queda mas remedio que estar constantemente de buen rollo.

Y no lo digo con el pesar de quien cree que es una carga esforzarse en tener mejor aspecto, calzar una buena actitud o esgrimir una sonrisa.

Es evidente que no es lo mismo una reunión en la que alguien entra con una cara desdibujada en el rostro, que otra en la que alguien entra con una sonrisa lucida.

No hay color.

En el primer caso, es probable que se contagie de forma inmediata ese rictus que deja el ambiente cargado de desconfianza y pocas bromas.

El segundo, como mínimo, puede que le preguntes por qué sonríe. Es evidente que si sonríe, ese rictus de pocos amigos, se convierta en otra expresión que permita enfocar cualquier conversación desde un punto de vista que permita empezar la reunión desde un punto de partida mas favorable.

Por tanto, hablemos del “buen rollo”.

¿Cuesta tanto?... honradamente no. Es necesario “llevar puesto” el buen rollo en cualquier minuto del día. El resultado será mejor.

Cuando empezamos una jornada, no sabemos con qué tropezaremos, con que nos encontraremos, si deberemos atender una llamada que no nos apetece o necesitaremos reunirnos con quien no nos gusta.

Busquemos una “coletilla” o un “ripio” que nos permita resituar la actividad en el escenario que nos sea mas cómodo… 

“Pongámonos cómodos, ahora ya veis que llevo chaqueta… pues me la voy a quitar”
“Encantado de verte de nuevo, hoy creo que puede ser un buen dia para llegar a un acuerdo”
“Necesitaba volver a hablar contigo!” 

Y a continuación, sin olvidar la sonrisa ser serios en lo que hablemos (serio de seriedad no de rictus).

Bien, ya lo sabeis, vayamos de “buen rollo”: nos puede arreglar el dia.

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