Normalmente
cuando se habla de técnicas de venta, se da mucha importancia a las técnicas de evaluación, selección de
clientes, exposición de producto, trato de objeciones, cierres y la post-venta.
Pero
si hay algo que es decisivo es el conjunto de palabras, de gestos y de miradas
que conforman la primera vez que cruzan los ojos los dos interlocutores. Esos instantes en lo que es poco importante lo
que se dice y muy importante lo que se transmite.
Estamos
hablando de las primeras impresiones,
con las que no hay una segunda oportunidad. Donde ponemos en juego el cómo va a
ir todo a partir de ese instante.
Es
necesario observar varias cuestiones. Empecemos por las actitudes y el lenguaje
corporal.
Antes de verlo, compruebe su aspecto. Repase que va peinado y presentable, los zapatos limpios, etc, etc.
Pare o ponga en silencio su teléfono móvil y guárdelo. No lo ponga a la
vista. No aporte distracciones a su presentación.
Si le sudan las manos, láveselas antes de empezar, o bien séqueselas
con un pañuelo de papel.
Sonría.
Cuando
lo vea, tenga una actitud resuelta y segura. No dude, sonría, lleve una
tarjeta en la mano izquierda y láncele la derecha esperando que le encaje la
mano.
No deje de mirarle a los ojos. En ese momento sólo
piense en que va a mostrarle algo con lo que estará interesado.
Encaje la mano con consistencia. Encájela si
estrujarla, con seguridad. No sacuda la encajada. Si acaso que lo haga su
interlocutor. No domine. Espere que su interlocutor le suelte la mano. (de 3 a
5 segundos).
Suelte la tarjeta en su mano. Esta acción es muy
importante. Durante un instante su interlocutor mirará la tarjeta. Será el
primer instante que dejará de mirarle los ojos. Tranquilo. Va bien.
Tenga
a punto su presentación. Escríbala y ensáyela.
Presentación
verbal: “Hola, soy (nombre y primer apellido) de (nombre de su empresa). Soy
el (cargo) de (división de negocio)”.
Primera variante: si
es una entrevista concertada “concertamos una entrevista para hoy a esta
hora, porque me indicó que era el mejor momento para que pudiera atenderme”.
Segunda variante: si
es “puerta fría”
“aún
sabiendo que debe estar ocupado, quisiera saber si dispondría de unos minutos
para atenderme”. Puede ocurrir que le diga que en ese momento está
demasiado ocupado, por lo que deberá conseguir un día y una hora los que le
pueda atender. En ese momento pasará a ser una entrevista concertada. No caiga
en la trampa de que le llamará o ser poco concreto: necesita que se comprometa
con un día y una hora.
El
momento preciso en el que ya tenga su atención, es cuando debe usted poner a la
vista los elementos sobre los que va a versar la reunión, y tenga una libreta y
un bolígrafo a mano, para dejar claro que va a tomar notas si es necesario.
3 comentarios:
Totalmente de acuerdo en todo lo que he leido en este excelente artículo del Maestro Francesc Puertas además de acatar que no sólo basta con saberlo si no aplicarlo siempre....
Como dice Cristina Un excelente articulo muy instructivo e interesante me a gustado muchísimo, Gracias Maestro.
No hay nada mejor que tener excelentes compañeros de viaje. Gracias.
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