De Ricardo Nanjari.
Resiliencia es la capacidad de volver al estado normal, después de haber sufrido una presión. Es la posibilidad de resolver los problemas, de aprender de las crisis y salir fortalecido de ellas. Después de eventos traumáticos como puede ser un terremoto o un despido, la resiliencia es la capacidad de superar en forma temprana los efectos nocivos de esos hechos. Pero hay un concepto aún más categórico para señalar un renacer diferente, un cambio profundo, físico, psicológico, del alma, una capacidad de trascender. Eso se llama Resurrección. En un mundo cambiante, donde cada día ocurren cosas inesperadas que interrumpen el quehacer cotidiano, la salida resiliente es hacer de esas interrupciones un nuevo camino y cuando estas son muy violentas, el nuevo camino es de resurrección, tal como lo expresé hace algún tiempo en el poema del mismo nombre, “Resurrección”:
Al octavo mes resucité de entre los muertos
miré mis manos y vi que las marcas habían desaparecido
mis amigos me veían pasar y decían
ahí va el muerto sufriente,
pero no me veían realmente y lloraban por mí.
Caminé junto a ellos pero no me reconocían,
sólo cuando partí el pan y lo compartí con mis hijos
uno de ellos dijo, tus ojos están más blancos
y tus manos no llevan marcas.
Entonces me levanté y dije: hoy he resucitado,
visité el infierno, anduve por un túnel oscuro
y hoy vuelvo para amar y ser amado.
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