Consejo 39 (Marzo 2009)
Tener el ánimo preparado para cualquier movimiento profesional, es algo para lo que deberíamos entrenarnos a diario.
No es suficiente en hacer bien el trabajo que se tiene encomendado. No es suficiente pensar que el trabajo que ejecutas y para el que estás contratado si lo cumples en su fondo y en sus horarios, ya no es necesario hacer nada más.
Es el límite que hay entre hacer lo que toca hacer o la de colaborar. Es el límite que si se cruza convierte a la persona en proactiva y cualquier persona empieza a contar con él.
Es muy importante ir desmenuzando a modo de currículo, todo aquello para lo que estás contratado, todo lo que has hecho en consecuencia y los logros obtenidos.
Cuando se necesita un currículo, se descubre que lo más importante es detallar en los últimos años de la carrera profesional estos tres aspectos: para que fuiste contratado, qué hiciste y qué lograste. No hay que olvidarlo.
Es cierto que a pesar de estar a gusto en un puesto de trabajo, es necesario estar preparado/a para cualquier cosa que ocurra en la buena o mala marcha de la empresa y siempre entenderlo como un paso más para la mejora personal.
Hablar de futuro, mejorar tu aspecto, cuidar tu salud, hacer deporte, aprender de todo lo que ocurre, hacer todo lo que puedas en cualquier acción o trabajo, informarte,… son cosas a realizar y no solo deseos o cosas que algún día realizarás.
Preparar el cuerpo y la mente para los cambios y entenderlos como una nueva proyección y puesta a prueba de tus propias capacidades, es un reto que hace la vida interesante y nada aburrida. Es por ello que también debes estar alerta con tus actitudes.
La actitud mental positiva es imprescindible para afrontar cualquier cosa. Y no estamos hablando de comportarse como un iluso, sino del hecho de estar constantemente preparado para cualquier circunstancia, y esto se consigue levantando la autoestima y creyéndote capaz de superar cualquier obstáculo.
Es necesario que todos sepamos que somos prescindibles para todo y para todos, menos para nosotros mismos. Hemos de convertir nuestra actitud en el vehículo con el que cruzar por la vida de forma en la que te diviertas trabajando.
¡Póngase el Séptimo Sombrero!
3 comentarios:
Buen consejo! Gracias.-
Cuando uno está en el baile, hay que bailar. Y como si fuera Fred Astaire...
Completamente de acuerdo en el fondo, y en la forma de expresarlo.
Sólo una palabra: excelente!!!
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