miércoles, enero 28, 2009

Momentos de crisis, momentos de cambios.


Consejo 38
Febrero 2009
(Autor: Francesc Puertas)
No hay duda de que los momentos complejos, llenos de complicadas crisis, problemas coyunturales y épocas de recesión, son también momentos de grandes oportunidades.
Son esos momentos en los que nuestra mente dirige nuestros esfuerzos a ser imaginativos y al mismo tiempo cubrirse de la moderación que da la prudencia.
De todos modos, y a partir de ahí, se pueden tomar dos caminos: el de conservar lo que se tiene y por lo tanto aplicar soluciones basadas en el conservadurismo, que conducen sin duda a ir adaptando lo que hacemos a lo que tenemos, con miedo al cambio y con la decepción de que las cosas no son mejores de lo que eran.
Hay otra postura: la postura de inventariar lo que se tiene, y reorganizarlo todo para llegar a un nuevo objetivo un paso mas allá. La postura de construír un nuevo camino controlando los miedos propios de un cambio, y tomando la actitud adecuada para entenderlo como una oportunidad.
Y esta actitud frente al cambio, la de entenderlo como una amenaza o como una oportunidad, es suficientemente relevante para construír una estrategia que nos indique el camino a seguir.
Afrontar un momento de crisis, con las sensaciones propias de quien le va a ocurrir algo malo, conduce irremediablemente a actuaciones instintivas nada racionales, de protección, inspirados en la cautela pero gestionados desde el miedo.
Entender un momento de cambios, como un momento lleno de oportunidades y nuevos caminos, también te obliga a organizar las cosas desde la prudencia y la cautela. Y también obliga a utilizar la imaginación y calcular todo lo que puede que ocurra a cada paso. Por lo que esta actitud es mas racional e inspirada.
Conozco a muchas personas que han dedicado su vida a una empresa y que de pronto, se encuentran sin trabajo y descubren que son prescindibles en aquel puesto que su rutina lo había convertido en casi el propietario.
De pronto les toca tomar decisiones no sabiendo muy bien qué camino tomar. Aquel que estaba preparado para asumir que algún día le podía ocurrir, tiene mas organizado qué camino tomar. Pero aquel que realmente le ha ocurrido por sorpresa, debe tomarse un respiro, despejar la cabeza, no arrepentirse de nada y tomarse tiempo. El suficiente como para relajar la cabeza y que su parte de cerebro mas racional, coja el mando de las decisiones.
Ese es el momento preciso para analizar lo que se tiene, analizar sus posibilidades, analizar lo que le gustaría hacer y ponerse manos a la obra.
Mi mejor recomendación es contrastar las ideas, manejar bien la información y actuar.

¡Póngase el Séptimo Sombrero!

1 comentario:

Milagro Haack dijo...

Mis saludo Francesc.
Esta lectura me cayó como decimos en mi país como anillo al dedo.
Hasta pronto y le sigo leyendo