Consejo 31
Julio 2008
Cuándo pensamos en emprender algo, inmediatamente nos preguntamos ¿qué significa realmente ser un emprendedor?
Éste significado envuelve cualidades y formas de aplicar esas cualidades a acciones efectivas. Ambas son autodesarrollables con compromiso y responsabilidad. Es ahí cuando nos preguntamos ¿qué es y cómo lograrlo?
Emergiendo de esta cuestión, muchos autores han enlistado una serie de aptitudes que debe desarrollar un emprendedor: persona optimista, abierta, flexible al cambio positivo en mejora, en cooperación, en métodos y procedimientos, en aprendizaje continuo. Éste deseo incesante por aprender y crear, aplicarlo como una forma de vida.
El segundo escalón que tenemos que emprender, es el de la actitud. Una actitud positiva marca diferencia entre un emprendedor y otro. Si se mantiene un nivel alto de actitud, de optimismo, de estímulo, de llevar a cabo una gestión eficaz de las cualidades a actos concretos que busquen el objetivo; se mantendrá un camino ascendente.
Algunas muestras de “buena actitud”:
- Cambiemos para mejorar. Para experimentar crecimiento y autodesarrollo es necesario cambiar, estos cambios deben ser buscados y realizados.
- Entusiasmo en todos nuestros emprendimientos. Vivir con ésta cualidad nos da la fuerza necesaria; esta fuerza hay que avivarla a diario. Serenidad, autocontrol y visión positiva son las mejores armas para enfrentar con éxito los problemas.
- Establecer metas y actuarlas. Sin la acción es difícil lograr nuestro objetivo. Es imperante llevar a cabo los pasos necesarios. Llevar a cabo nuestras ideas puede convertirse en algo grandioso, sólo lo sabremos si actuamos.
- Seamos personas integrales. Si ampliamos nuestros conocimientos sobre distintas áreas, estaremos más preparados y aportaremos más. No podemos decir “sabemos lo suficiente”.
- Eduquémonos con el hábito de terminación de tareas. La perseverancia y el compromiso no pueden faltar en un emprendedor.
Es así como la “buena actitud”, es decir, un estado mental positivo y el cúmulo de aptitudes (las capacidades, habilidades, destrezas, y buena disposición para ejercer o desempeñar una determinada tarea, función, empleo, etc.), tienen relación directa con la ejecución de objetivos y satisfacción.
¡Póngase el Séptimo Sombrero!
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