La actitud diaria desde que nos levantamos, nos condiciona todo el día. No hay nada que nos ayude a “ponernos” ninguna clase de actitud. Una mala noticia, habernos quemado con el café, o cualquier cosa que nos pase, puede condicionar nuestra actitud. Poniéndonos el “Séptimo Sombrero”, la “condición” con la que empezamos el día, está por encima de cualquier “nimiedad”. Este procedimiento, permite adoptar una actitud que justifica una actuación en positivo desde el primer momento.
LA ACTITUD MENTAL POSITIVA
Tener la actitud mental positiva conduce a mejorar nuestra calidad humana y de relación.
Entender mal el hecho de poner distancia, entre lo que sucede y lo que nos afecta, és una ilusión óptica que conduce a “tener un mal día” y tiende a provocar desequilibrios emocionales.
LA ACTITUD EMPRENDEDORA
Un emprendedor es aquella persona que tiene la capacidad de desarrollar un proyecto a partir de una idea que puede ser propia, adquirida o conjunta (con un equipo).
El emprendedor es una persona que acostumbra a estar siempre atento a las ideas, necesidades o oportunidades que hay a su alrededor.
Es de aquella clase de personas que son capaces de arriesgarse, trabajar y luchar para convertir su idea en una realidad.
LA ACTITUD DE TOMAR INICIATIVAS
Aquellos que llevan puesto el Séptimo Sombrero, no tienen por qué distinguirse por su talento innato o por su dominio técnico, sino por su capacidad de inspirar en los demás energía, emoción y entusiasmo. Y estos sentimientos se extienden con rapidez en los equipos de trabajo, estimulando una buena actitud y una mejora de los resultados.
LA ACTITUD PARA ASUMIR COMPROMISOS
Ponerse el 7 sombrero, es buscar nuestra propia disciplina emocional, asumiendo compromisos:
Actitud mental positiva: nuestro estado de ánimo.
Actuar ahora, pensando en el futuro: la recarga emocional.
Afrontar las situaciones: búsqueda de nuevos enfoques creativos.
Poner en práctica nuevas estrategias: nuevos resultados.
Póngase el Séptimo Sombrero
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