Septiembre 2014
No voy a hablar del sindrome posvacacional, ni de la pereza de la vuelta al trabajo, ni del relax de las vacaciones.
Creo que es el momento de alegrarse por volver al trabajo y que todavía esté ahí. La cosa no está para desperezarse ni para lamentarse de nada si el trabajo está esperándote.
También es evidente que nadie va a regalarte nada (ya lo sabes), y precisamente un periodo para relajar las neuronas y pasar mas horas con familia y amigos, ayuda a dejar de pensar en responsabilidades y en otras cosas de caracter laboral. Claro que hay quien le cuesta un esfuerzo dejar de pensar en ello, pero solo el intento y el logro aunque sea a ratos, ya vale la pena.
Yo soy de los que creo con firmeza que hay que ocuparse el dia.
- En vacaciones con aquello que te haga feliz.
- En periodo laboral con el trabajo. Pero no nos equivoquemos, tanto en la vida personal como en la laboral, nuestra búsqueda de la felicidad es una de nuestras obligaciones prioritarias.
Muchos entendidos en el tema, indican que actúes como si ya tuvieras lo que persigues, que es la garantía de que acabes consiguiéndolo. Yo lo matizaría diciendo que lleves puesta la actitud positiva, que es la mejor garantía de estás en el camino de conseguir lo que te propongas.
Si tienes trabajo, con la actitud de un privilegio, que aunque lo quieras mejorar, al menos lo tienes.
Si no tienes trabajo, con la actitud de quien lo va encontrar. Y sal a buscarlo, es la única manera de tropezar con él.
Ánimos, volvemos a estar a punto para cualquier reto.
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