Voy a
explicarme.
La
infoxicación describe la sobrecarga informativa. En este mes, además de todo lo
que podríamos llamar habitual, se mezclan los mensajes navideños, la “obligación
no escrita” de los regalos, el Fin de Año y el final del año, el poner las
cuentas al día, los resúmenes de 2013, la (triste y sentida) muerte de Mandela…
…al final
son tantas cosas, que cualquier escándalo, opinión fuera de lugar y conceptos destroyers verbalizados por según
que “opinionista” notorio, de los que su único valor es la fama mediática
amarilla… o políticamente incorrecta o decepcionante, quedan escondidos ante
tanta información.
La toxicidad
del exceso de inputs es realmente abrumadora.
Lo que no
podemos evitar es lo inevitable: que estamos sumergidos en este mar de
noticias, informes y obligaciones, que además se alimentan de luces, colores,
músicas y toda clase de complementos sensoriales.
Por lo
tanto, lejos de agobiarnos, vamos a ver qué podemos hacer.
Yo os
recomiendo una actitud tranquila.
No se
trata de evitar estas últimas semanas del año y la primera del siguiente, sino
que de lo que se trata es de saberlo llevar.
¡No hay
que perder la cabeza por querer estar a la cabeza de todo!”, aconseja Patricia
M. Maroñas, licenciada en Psicología y docente de la Escuela Española de
Desarrollo Transpersonal (EDDT).
Mi consejo
es aplicarse de forma excepcional en varios conceptos actitudinales que nos
ayudarán a sobrellevar tamaño alud de ruidos.
·
Ser equilibrado. No alterarse. Pensar que cualquier
tema que se plantee puede que sea de vital importancia para uno y no para el
otro. Respirar hondo y organizar la respuesta. No actuar airadamente y sin
pensar.
·
Adaptarse. Ponerse en contexto. No podemos
huir. Debemos ser maleables y tener “cintura” en cualquier momento.
·
Distinguir entre lo importante y lo
urgente. Y ponerlo en
orden. Hay cuestiones condicionadas por el calendario y otras cuya condición es
su urgencia o su importancia. No lo confundamos.
·
Hacer las cosas de una en una. No podemos hacer mas de una cosa a
la vez. Es importante empezar una y resolverla. Después pasar a la siguiente.
·
Organizar la agenda. Nuestra principal obligación es
controlar el tiempo del que disponemos. Y para ello, debemos disponer la agenda
unas semanas por delante. Bloquear los días en los que se deben realizar las
cosas sí o sí. Ser suficientemente adaptables para encajar los imprevistos,
pero en cualquier caso, hay que manejar una agenda y programarse.
·
Disponer de tiempo libre. Es una mas de nuestras obligaciones
importantes. Debemos programarlo y ser respetuosos con esta parte fundamental
de nuestro entorno personal y familiar.
·
Si hay algo que no podemos hacer,
afrontarlo y posponerlo.
No hay nada peor que ignorar algo que debemos cumplir y cerrar los ojos. Es
mejor afrontarlo.
Con estas
siete reglas, andaremos con paso firme y con buena actitud. Es bueno estar en
paz con uno mismo y ser consecuente.
Y una mas: sonreír.
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