Todos estamos de acuerdo que nuestro entorno está
regido por normas rígidas, cuantificables e inamovibles, que han condicionado
todo el sistema de vida que hemos construido a nuestro alrededor. Esto nos
convierte en personas con “poca cintura” para afrontar cualquier reto o
cualquier cosa que se escapa a lo que ya tenemos por norma.
Por otro lado el psicoanálisis, ha enfocado los
aspectos negativos y patológicos de las personas, como la manera de justificar
las conductas que no se ajustan a las normas.
El conductismo y el psicoanálisis, han marcado la
forma de ser de nuestra sociedad de forma relevante.
Por lo que sea, ha quedado a un lado, el aspecto mas
humanista de la cuestión. Aquel aspecto que entiende a las personas y sus
relaciones, como la forma de dar por entendidos unos valores incuestionables,
como la tolerancia, la convivencia, la integración, el respeto, la
responsabilidad, el sentido común y muchos otros valores, que permiten
construir una forma de ser que viste a las personas con la integridad necesaria
para actuar con corrección y “savoir faire”.
Lo que hayamos aprendido en la vida, lo que aprendemos
a diario y este conjunto de valores, nos harán personas mas completas.
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