lunes, agosto 02, 2010

También en vacaciones es recomendable el uso del Séptimo Sombrero

Sombrero 56

Agosto 2010

Es fácil caer en la trampa del desánimo y de creerse que hay obstáculos difíciles de saltar. Es fácil, si dedicamos nuestro tiempo a sumergirnos en el mar de “lo primero que vemos”. Es imprescindible mirar más allá de nuestro entorno inmediato. De observar y ver, en lugar de sólo mirar.

Hoy propongo un ejercicio interesante. Normalmente vamos “cubiertos” por uno o varios sombreros, ya que el “disfraz” nos permite “ir de…” lo que sea que trabajemos. Siempre he dicho que deberíamos escenificarnos con sombreros de distintos tamaños y formas, de acuerdo con su ocasión de uso a lo largo del día: De trabajo, de ocio, de casa, de deporte...

Si nos fijamos con atención, veremos que nuestras reacciones y nuestros comportamientos son distintos en cada ocasión. Por lo tanto podemos insistir en que nuestro “sombrero” nos condiciona.

Hoy vamos a hablar de nuevo del Séptimo. Ese sombrero que no nos permite el desánimo y que nos enseña que a veces no se debe saltar un obstáculo, sino rodearlo. Que nos permite pasar página, pero nos advierte que debemos recordar para no equivocarnos o para acertar de nuevo.

En momentos de dificultades familiares, en el trabajo, o sea cual sea la dificultad, es importante llevar bien “calzado” el Séptimo Sombrero, porque nos permitirá observar con atención nuestro entorno, nos permitirá visualizar nuevas perspectivas y nos orientará sobre nuestra actuación inmediata. El disfraz con los Seis Sombreros Para Pensar, nos permitirá analizar la situación, aprender de nuestros errores y dejar a cielo abierto aquello que hayamos hecho bien.

En época vacacional y justo después de vacaciones, son momentos de cambios de inmediatez, de adaptarse a las nuevas situaciones y horarios. De cambiar rutinas, de evadirse en algún caso (desenchufar), o de reincorporarse después de haberse habituado a otros horarios y otras rutinas (enchufar de nuevo).

Ese es un gran momento para llevar puesto el Séptimo Sombrero, con el que “con nuestra actitud, decidimos nuestro día”.

El ejercicio es claro. Se trata de esforzarse por tener la actitud que nos permita afrontar cada día y cada situación, por ello os recomiendo que si vais de vacaciones, volvéis de ellas o en cualquier circunstancia, no os olvidéis en vuestro equipaje al “Séptimo Sombrero”

¡Póngase el Séptimo Sombrero!

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