Consejo 41 (Mayo 2009)
Las actitudes de cada uno de nosotros, no están exentas de las influencias propias del entorno, de nuestra salud, o de nuestra “buena o mala suerte”.
Tener conciencia de todo lo que nos rodea, ayuda a observarnos a nosotros mismos, y descubrir qué cosas nos influyen y cuánto nos afectan. Sin embargo, dejarse llevar por el río de cosas que ocurren a nuestro alrededor, nos conducirá a estar dominados por las circunstancias y tan solo confiar en la suerte.
Pablo Picasso decía que se pasaba el día alerta y con sus pinceles en la mayor parte de sus horas de forma intensa, porque si le llegaba la inspiración, “lo pillara” trabajando. En todo aquello que nos puede pasar durante el día, si ha de influir la suerte, mejor que nos “pille” con una buena actitud.
La frase que encabeza mi blog “con solo tu actitud, decides tu día”, no es tan solo una frase.
Salir a la calle, dirigirse al trabajo, entrar en la empresa, tomar decisiones, realizar el trabajo, consultar los correos/e,… absolutamente todo, va a quedar marcado por la actitud que llevemos “puesta”.
El motivo fundamental del Séptimo Sombrero, es recordar que además de poderse organizar la mente y los pensamientos, viéndose con el sombrero adecuado hay un séptimo que nos permite “vestirnos” de Actitudes Mentales Positivas.
Según Edward de Bono, los sombreros permiten centrar la atención de parámetros concretos, sin desviar la atención en otras cosas que no sean estrictamente en lo que se debe pensar en ese momento:
El blanco, los datos y las cifras
El rojo, las intuiciones
El negro, lo que puede salir mal
El amarillo, lo que puede salir bien
El verde, la imaginación y las soluciones
El azul, poner en órden todo lo que ha dado de sí disfrazarse con los otros cinco.
Y el séptimo: LA ACTITUD.
Llevar “puesta” la actitud adecuada, permite afrontar cualquier cosa con cautela, aunque con proactividad. Permite realizar cualquier acción con la predisposición adecuada.
Siempre he defendido, que en muchas ocasiones, cuando sales de tu casa, descubres que probablemente no vayas a tener un buen día. Eso es un síntoma de que te has dejado en casa el Séptimo Sombrero.
Respira profundamente, reacciona con tu percepción y ¡ponte el Séptimo Sombrero!.
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