Bien. Se acabó el 2011. Momento de promesas personales, iniciativas algo ambiciosas y propósitos de voluntad de superar algunas crisis, ya sean de trabajo, económicas, de salud o las que sean.
Es el momento de plantearse correctamente todos estos propósitos y canalizarlos con la voluntad preparada para conseguirlos.
Es la ocasión correcta para recordar que cualquier objetivo que uno se proponga, ha de ser
Medible
Los objetivos han de poderse medir y estar limitados en el tiempo. Recuerdo que un gran emprendedor, que fue presidente mundial de la JCI (Salvi Batlle), decía una frase que repetía constantemente: en un año, lo que no se hace antes de agosto, ya no se hace.
Claro
Los objetivos han de estar bien propuestos. No debe haber ningún margen para interpretarlos. Han de ser claros y concisos.
Alcanzable
Los objetivos han de ser alcanzables. Han de ser realistas con las posibilidades de cada uno. Se ha de disponer del tiempo y la voluntad para conseguirlos.
Desafiante
Han de ser un reto, aunque han de ser realistas. Se trata de proponerse algo alcanzable y posible, y mejor si significa un desafío para quien se lo propone.
Realista
Se ha de tener en cuenta que han de ser objetivos realistas. Que sepas que se pueden hacer. Que cuentas con los recursos que vas a necesitar, el entorno apropiado y el tiempo necesario.
Coherente
Se ha de ser consciente de todo lo que te has propuesto. Que no va a colisionar con todo aquello que esperas de ti mismo.
Bien, plantearos los objetivos, cargad vuetros ánimos, y recordar que ¡tenemos todo un año por delante!
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