lunes, septiembre 26, 2011

Reflexión sobre la preparación para acceder por primera vez al mercado laboral.

Sombrero 70
Octubre 2011


“Érase una vez, un joven licenciado, con alta preparación académica, una formación impecable, con dominio de varios idiomas y gran presencia física, que decidió afrontar el mercado laboral con la energía que da sentirse a punto de ofrecer lo mejor de si mismo.

Había pensado en varias opciones para ejercer en todo aquello en lo que se había preparado, aunque la que creía que podía ser mejor era la de ir a trabajar a una empresa que fuera lo mas afín posible a sus conocimientos teóricos, y ponerlos en práctica con el fin de aprender a ejecutar todo aquello para lo que había estudiado tanto.

Preparó un breve curriculum, que mostraba su edad, sus atributos académicos y los dos o tres trabajos eventuales que había realizado en los últimos dos veranos, dos en la vendimia y uno de camarero en un chiringuito de la playa.

Envió unos 20 cv por correo ordinario, publicó su experiencia en el Linkedin, los envió online a las agencias de búsqueda de trabajo y quedó esperando respuestas…”

En este momento de la historia es cuando todo se vuelve trascendente y puede ocurrir cualquier cosa.

Hay quien cree que esta historia puede acabar con nuestro joven amigo haciendo de camarero o de vendimiador.

También hay quien pueda pensar que nuestro amigo simplemente se queda sin respuestas o con respuestas negativas a su demanda de empleo y queda moralmente hundido.

Puede que esté de suerte y le interese a alguien pero que, con su falta de experiencia se decida por otro.

Hablando idiomas igual puede ser recepcionista de hotel u orientador en un congreso internacional.

Puede que algún colega suyo le invite a sumar esfuerzos con él y afrontar una nueva iniciativa empresarial, con la ayuda de mentores.

También puede ocurrir que un amigo de un amigo esté buscando a alguien para trabajar y éste le hable de él.

También podría ser que encontrara trabajo en el sector que busca, aunque con sueldo de "meritorio".

De lo que no hay ninguna duda, es que necesitará una gran dosis de persistencia y la actitud necesaria para no rendirse. Y  que necesitará –consciente o inconscientemente- aprender las mejores artes para presentarse y ofrecer lo mejor de si mismo.

Tendrá que tener la fuerza y la actitud suficientes, como para transmitir que es la persona que buscan, que es de confianza y que está dispuesto a aprender y a asumir su rol en la empresa y a defenderla como si fuera suya.

Tendrá que transmitir que es capaz de asumir responsabilidades y que no les va a defraudar.

Y en este punto, es cuando nuestro joven amigo se da cuenta que no le han preparado para esto.

Estoy convencido de la necesidad de experimentar y ponerse a prueba, para conseguir el trabajo y pueda ejercer en el oficio en el que se quiere desarrollar el potencial profesional.

Formar parte de una asociación, compartir una afición y asumir responsabilidades en actividades sin ánimo de lucro, pueden ser básicos para adquirir la soltura y la solvencia para afrontar las dificultades en la búsqueda de un trabajo.

Y debería existir mas allá del coaching, que va asociado a profesionales que se reinventan o reorientan su vida profesional, orientadores para los que se incorporan al mercado laboral, con los que poder hablar, cambiar impresiones y encontrar caminos por donde llegar a sus objetivos.

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