Sombrero 68
Agosto 2011
A veces es difícil pensar con la mente abierta y con espíritu ilusionado, cuando el entorno general no ayuda. Y no hablo tan solo de problemas sociales, económicos, de trabajo o aquello que pueda parecer más personal.
Agosto 2011
A veces es difícil pensar con la mente abierta y con espíritu ilusionado, cuando el entorno general no ayuda. Y no hablo tan solo de problemas sociales, económicos, de trabajo o aquello que pueda parecer más personal.
Hablo del entorno en el que las personas, las empresas y las instituciones, da la sensación que han “tirado la toalla”. Como si ya no hubiera otro camino que adquirir una gran dosis de conformismo y de resignación. Como si ya no existiera solución alguna a cualquier cosa que se plantee. Como si ya no hubiera otra cosa que la cuesta abajo.
Es como la historia de aquellos dos hombres que decidieron recorrer el mismo camino de vuelta a casa desde la cima de la montaña.
Uno solo entendía que para bajar la pendiente se tenía que hacer de espaldas a ella, mirando hacia adelante. Lo único que veía era el abismo y sus piernas eran incapaces de mantenerlo quieto, ya que su tendencia era ir hacia adelante, aunque sin saber donde agarrarse. Su forma de actuar, le impedía encontrar otras formas de bajar.
El otro decidió mirar de cara la montaña, por lo que su tendencia era agarrarse a la ladera con todo lo que encontraba y asegurando sus pies a cada paso.
El primero consiguió tal velocidad, que llegó antes al destino, pero cayendo a cada paso y con heridas graves. Confesaba que él ya sabía que llegaría muy mal a la meta.
El segundo llegó también, aunque más tarde. Cansado, pero llegó igual, aunque con la tranquilidad que había hecho el camino con la idea de llegar sano y salvo.
Todo aquello que forma parte de nuestro entorno forma parte de nuestro mundo inmediato de oportunidades. Darle la espalda y pensar que solo se trata de dificultades es caer más rápido y llegar seguramente peor parado.
Encontrar buenos caminos, a veces es muy difícil. A veces se ha de bajar por el mismo que todos, aunque hay más de un enfoque en cómo hacerlo.
Una actitud abierta, nos ayuda a explorar todas las posibilidades, sin caer en el error de no dar opciones a nuevas cosas, solo por el hecho de tratarse de la opinión general.
Las grandes cosas, los grandes avances y reescribir nuestro futuro, tan solo se consigue con voluntad, pragmatismo y una gran actitud.
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