lunes, enero 27, 2014

La humildad.

Sombrero 98
Febrero 2014

Hoy he rebuscado en todas las descripciones sobre humildad que he encontrado. Desde Wikipedia hasta la RAE lo explican de forma profusa, pero me he quedado con dos párrafos que ilustran todo aquello que quiero transmitir…

Miguel de Cervantes dice en el famoso Diálogo de los Perros que "la humildad es la base y fundamento de todas virtudes, y que sin ella no hay alguna que lo sea". Opina así el príncipe de los ingenios que la modestia y la discreción mejora las demás virtudes y enriquece la personalidad.


Desde el punto de vista virtuoso, consiste en aceptarnos con nuestras habilidades y nuestros defectos, sin vanagloriarnos por ellos. Del mismo modo, la humildad es opuesta a la soberbia, una persona humilde no es pretenciosa, interesada, ni egoísta como lo es una persona soberbia, quien se siente auto-suficiente y generalmente hace las cosas por conveniencia.

Se ha de reconocer que no deja de ser harto difícil ser estrictamente humilde. 

Generalmente las personas tenemos tendencia a resaltar todo aquello que hacemos bien, con el fin de disimular o atemperar aquello en lo que no somos precisamente hábiles.


Cuando la soberbia adquiere un papel relevante en nuestro día a día, es porque hemos dejado de ser autocríticos, y nos hemos instalado en una especie de pedestal construido a fuerza de esculpir en piedra nuestras virtudes o todo aquello que nos da relieve y hemos escondido todo lo demás.

Por lo tanto, voy a empezar por mí mismo y empezar a practicar la humildad de forma consciente.

Empezaré por disculparme por mi intromisión (casi sin pedir permiso) cada mes, con mis “consejos”. Y por lo tanto, también agradecer a dos personas especiales en este blog… a Xavi Falgar para empezar. Fue la persona que me explicó era importante la práctica de no olvidarse de las personas que han realizado un seminario contigo. Y me puso como ejemplo lo que hizo una vicepresidenta de la Junior Chamber International (JCI) durante su mandato y que consistía en escribir cada mes un consejo a los miembros de su equipo. Ahí empezó todo… Los Consejos del Séptimo Sombrero.

A Manel Casals, quien sus comentarios instructivos, diseccionando, construyendo, recomendando y apoyando mis “consejos”, le ha llevado a influir de forma decisiva en el perfil de El Séptimo Sombrero. Desde sus comentarios, sus posts, sus artículos y algo especialmente significativo: desde su más absoluta humildad, ha contribuido en todo lo que es este blog.

Hay dos momentos estelares de sus intervenciones, en primer lugar me recomendó que dejara de llamarles “Consejos”, porque era muy pretencioso, y me aconsejó que lo renombrara como “Sombreros”. Así ha sido desde entonces.

Y en segundo lugar, me aconsejó que hablara sobre la humildad. Y en eso estamos.

Hay otras personas que han influido de forma profunda y especial en este blog, pero por no dejarme a nadie lo ilustraré en el nombre de David Balaguer. No hay ninguno de sus comentarios y valoraciones que hayan caído en saco roto. Es un lujo tenerlo siempre cerca. Sus capacidades como coach y mentor, y su preparación como trainer, fruto de su experiencia y conocimientos, lo han llevado a ser una de esas personas que has de escuchar, si quieres “afinar” tu trabajo de camino a la excelencia.

A todos los demás, que sois fieles a este blog y habéis contribuido a que llegue a casi 100 “sombreros”, otros tantos artículos recomendados, clips y todo lo demás, os agradezco vuestra fidelidad e insisto en pediros disculpas por mi intromisión cada mes y agradeceros que sigáis leyéndome.

Y añado las consideraciones de Manel Casals en sus recomendaciones sobre la humildad,

El hombre de hoy está hambriento y con sed de felicidad, de vida espiritual y de Dios  y ¡tiene la solución en sus manos!. Piensa que todo es inalcanzable, que es una ilusión y por ello suele morir de hambre y sed (León Tostoi). Cada uno de nosotros ha de mirar hacia su interior y buscar, y se ha de aceptar que uno es pequeño, lo cual, en lugar de ser un obstáculo es la gran virtud para empezar a crecer y encontrar lo que buscamos...
La humildad es la virtud, aunque no lo digan los tratados y las normas, y es de donde nacen todas las demás. Podríamos decir que sin humildad es imposible hacer nada.
La humildad es la gran virtud del sabio. Solo sé que no se nada decía Sócrates.
El humilde no busca halagos o aplausos.
El humilde sabe que no posee la verdad absoluta y que no puede saberlo todo.  
El humilde muchas veces está “detrás del telón”.
El humilde no está cómodo en la superficialidad. Las vanalidades le sobran. 
La humildad son los cimientos de la sabiduría.
Los humildes, al contario de los estúpidos, ven más grandes a las personas que vuelan más alto.

Por lo tanto, el Sombrero de este mes es la humildad

2 comentarios:

Trueno dijo...

He llegado a los sombreros y la humildad por pura casualidad: uno de mis contactos de Linkedin ha citado el blog y a él me he ido. Básicamente, estoy de acuerdo con el texto, si bien no creo existan personas intrínsecamente humildes, sólo algunas que se acercan a ello, y tengo una opinión entre nefasta y lo siguiente de los coachs. Ya sé que generalizar no es bueno, pero, con una sola excepción, todos los coachs que he conocido, y he conocido no menos de diez, me han parecido unos estafadores: las empresas despiden a empleados para que les cuadren los números, pero contratan a coachs para que eviten que el resto de empleados a los que aun no han despedido se caguen de miedo a ser los siguientes de la trituradora humana. Me parece un ejercicio de hipocresía repugnante: así es como se ganan la vida esos tipos y tipas en su mayoría, a costa de la desgracia de los demás, ¡genial trabajo!. Saludos.

Francesc Puertas dijo...

Estoy de acuerdo contigo. Desgraciadamente se ha pervertido la palabra coach y muchos que se autodenominan como tales son un fraude. Los que cito en este artículo, me consta su honestidad, si no, hubiera evitado citarlos.