Integrar para comprender y cambiar
Nos hemos acostumbrado a dividir el conocimiento en varias disciplinas, la física, las matemáticas, la economía y otras. Es obvio que esta división nos ha permitido estudiar más profundamente estos temas, sin embargo muchas veces nos ha impedido ver más allá, limitándonos como personas. Esto sucede también en el campo de las artes, con la música, la danza o el teatro, como ejemplo.
Por el contrario podemos lograr una dimensión de la comprensión mayor, cuando integramos disciplinas, la música con la psicología, la calidad con el comportamiento organizacional, la economía con la danza, la empresa con la cultura, y todas ellas entre sí.
Si bien la fragmentación o descomposición, es necesaria para comprender algo específico o en el desarrollo de proyectos concretos, muchas veces impide tener una visión integral que permita situarse más allá de los paradigmas y de los modelos establecidos, para repensarlos y trascenderlos con creatividad.
Del mismo modo, dejar que sea la razón la que nos gobierne como seres humanos, restando importancia al corazón, no ayuda a la comprensión integral, el corazón tiene razones, que la razón no comprende. Pero tampoco es el corazón por sí solo el adecuado para resolver los problemas de la humanidad. Por ello, más allá del intelecto y de los pensamientos que a veces generan confusión, más allá de las emociones o pasiones que a veces producen violencia, hay que buscar una forma de observar sin dividir, sin clasificar ni separar, que sea novedosa, que derribe fronteras y discriminaciones. Un observar que considere al ser humano y a la vida como una unidad, como un todo.
(Ricardo Nanjari)
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